Mensaje de Monseñor Pedro Narbona, Asesor Eclesiástico, de la Cofradía de Nuestra Señora del Carmen para esta Navidad 2014.

Sábado 20 de Diciembre, 2014

En su mensaje navideño, el P. Pedro Narbona nos hace reflexionar sobre esta fecha tan solemne y su significado de “salir al encuentro del Cristo que viene en cada momento de la vida diaria, en cada persona, que viene a nosotros”. “Se trata de allanar los senderos de la discordia, de la tristeza, de la desesperanza, de la tibieza, de la falta de fe, de la falta de amor, de tantos hermanos y hermanas, que están botados a la orilla del camino”.

Estimadas Camareras:

Les escribo con motivo de las próximas, fiestas, de Navidad y Año Nuevo.

“La Gracia de Dios, que es fuente de salvación para todos los hombres, se ha manifestado…”

Estas palabras del apóstol San Pablo, a Tito, nos ponen en sintonía, con el tiempo que vivimos de cara a la preparación de la próxima Navidad.

Este tiempo, de Adviento, es tiempo que nos invita a ser serios, en la vivencia de este tiempo, que nos invita a través de la Palabra de Dios, y sus profetas.

Es Isaías, el profeta, que nos lleva de la mano, por el tiempo a vivir, el momento que vivimos, es el Profeta de la Esperanza, que nos invita a ponernos en las manos de Dios, para que con la guía del Espíritu Santo, que desde los comienzos de la Historia de Salvación, nos hace exclamar con palabras del profeta: “…ojala, rompieras el cielo y bajases…”. (Primera lectura del 1° domingo de Adviento).

El Espíritu Santo, ha conducido a nuestros Padres, los Patriarcas, los Profetas y los personajes del Nuevo Testamento, con Juan Bautista, Simeón, Zacarías, Isabel, el anciano Simeón, llegando a la Virgen María, la humilde Sierva del Señor.

Este mismo Espíritu, que habita en nosotros, queriendo que dejemos salir su voz, desde nuestro interior, que clama “Ven Señor JESÚS…”

Contemplando, esta figuras, se nos invita a prepararnos, a salir al encuentro de Cristo, que viene a nuestro encuentro, en cada situación de nuestra vida y en las personas, que el Señor va poniendo en nuestro caminar.

Se nos anima a vivir en y de la Esperanza cristiana, que nos pone de pie y nos invita a levantar nuestra cabeza porque se acerca nuestra Liberación.

Es la gran Noticia, que nos preparamos a recibir, pero para eso debemos prepararnos, “convirtiéndonos”, “enderezando los caminos y allanando los senderos”, “para nuestro Dios…”, que en la persona de su Hijo, nos visita y nos trae la Salvación”.

Como la Santísima Virgen, también nosotros, debemos salir presurosas, tras las montañas, para ir al encuentro de los que los que esperan al Salvador, como María, ir al encuentro de las Isabel, Zacarías de hoy, de los esposos de Caná, para que el Señor, para anunciarle, “No temas…”.

Se trata de allanar los senderos de la discordia, de la tristeza, de la desesperanza, de la tibieza, de la falta de fe, de la falta de amor, de tantos hermanos y hermanas, que están botados a la orilla del camino, de hacer el esfuerzo de cooperar, con las “Cajas de Navidad”, que ayudaran a que Cristo el “pequeño rey de la gloria”, que nació en Belén ilumine las caras de tantos hermanos y hermanas en esta Navidad.

Porque Navidad es salir al encuentro del Cristo que viene en cada momento de la vida diaria, en cada persona, que viene a nuestro encuentro.

Como dice la carta a los Hebreos, “nuestros padres, sin saber acogieron al mismo Dios…”

Sigamos en este tiempo de Adviento, no solo contemplando a nuestra Señora, como esperaba Jesús en su vientre, sino como preparaba a los que estaban a su alrededor, para que “saltaran de gozo”, como prepararía, el ajuar, para recibirlo, pero acogiéndolo también en las necesidades de los demás.

Como María, acogía a los pastores, a los magos. No en vano diría San Lucas, diciendo de la misma Madre del Pequeño Rey de la Gloria,  “…meditaba todas estas cosas ponderándolas en su corazón…”

Gracias sean dadas al Señor, que nos regala, la “Gracia”, de poder celebrar una Nueva Navidad”, este año 2014.

Que las Palabras de la Liturgia en estos días, se hagan en nosotros, carne de nuestra carne y huesos de nuestros huesos, imitando la actitud de la Virgen Madre; “…Ella lo espero con inefable amor de Madre…”.

Las bendice ante el pesebre, y desde nuestra Parroquia Santuario, junto al Señor y su Madre y Madre Nuestra.

Monseñor Pedro Narbona, Asesor Eclesiástico, de la Cofradía de Nuestra Señora del Carmen

Navidad 2014.