Ambos Papas, a los que Francisco definió como hombres "valerosos", fueron figuras claves del siglo XX y ambos revelaron una gran devoción a la Virgen del Carmen y al Escapulario.
Es así como Juan XXIII declaró en vida: "Por medio del escapulario yo pertenezco a la familia del Carmen y aprecio muchísimo esta gracia como seguridad de una especialísima protección de María". Asimismo Juan Pablo II afirmó: "Quien lo reciba –el escapulario- queda asociado a la Orden del Carmelo, dedicada al servicio de la Virgen para el bien de toda la Iglesia. También yo llevo sobre mi corazón el Escapulario del Carmen".
Por otra parte, Juan Pablo II aprendió español para entender en profundidad a San Juan de la Cruz, Carmelita Descalzo, Doctor de la Iglesia, sobre quien hizo su tesis doctoral titulada "La doctrina de la fe según San Juan de la Cruz".