El Escapulario debe ser bendecido e impuesto por primera vez por un sacerdote, en una breve ceremonia, en la cual la persona que lo recibe se consagra a la Virgen y pasa a formar parte de la hermandad carmelita. Por ello entra a participar en los deberes y privilegios que esta condición le confiere.
En esta ceremonia especial de imposición del Escapulario, el sacerdote bendice con la siguiente oración:
Señor Dios nuestro,
bendice estos Escapularios del Carmen
que estos Hermanos quieren vestir
como signo de dedicación a la Madre de tu Hijo;
que este vestido les sirva
de estímulo ante las exigencias evangélicas
y de esperanza de la vida eterna.
Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
Después de esta ceremonia inicial, el Escapulario puede cambiarse cuantas veces sea necesario, sin necesidad de ser bendecido nuevamente. Para facilitar la práctica de esta devoción, el Papa San Pío X autorizó a los fieles a usar una medalla en vez del Escapulario. Ésta debe llevar por un lado la imagen de Nuestra Señora del Carmen, y por el otro, la del Sagrado Corazón de Jesús.
Sin embargo esta es sólo una dispensa para hacer más fácil su uso. El propio Sumo Pontífice al concederla, recomendó como preferible el uso directo del Escapulario de tela -más simbólico- por ser éste una expresión abreviada del hábito carmelita.
"Tened todos un mismo lenguaje y un arma en común: el lenguaje de las palabras del Evangelio; el arma, el Escapulario de la Virgen del Carmen".
"Reconozcan por fin en el Escapulario su consagración al Inmaculado Corazón de María" porque el "Escapulario nos marca como hijos escogidos de María y se convierte para nosotros en un Vestido de Gracia".
(Pío XII)
"Por medio del Escapulario yo pertenezco a la familia del Carmelo, y aprecio muchísimo esta gracia como seguridad de una especialísima protección de María".
(Juan XXIII)
"Creemos que entre las formas de piedad mariana deben contraerse expresamente el Rosario y el uso devoto del Escapulario del Carmen".
(Pablo VI)
"Quien lo recibe queda asociado a la Orden del Carmelo, dedicada al servicio de la Virgen para el bien de toda la Iglesia. También yo llevo sobre mi corazón el Escapulario del Carmen".
(Juan Pablo II)
Fuentes:
· Libro "Historia y Devoción a la Virgen del Carmen", autor Pbro. Claudio Verdugo Caviares.
· Publicación "Virgen del Carmen Reina de Chile", comité editorial: Pbro. Francisco Javier Manterola, Cofradía Nacional del Carmen, Ana María Gálmez.
El Santo Padre saluda a la concurrencia al término de la ceremonia de coronación de la imagen de la Virgen del Carmen.
Fotografía gentileza de Dolores Pizarro.