Los privilegios de recibir y llevar puesto el Escapulario alrededor de nuestro cuello están dados por 3 promesas que la Virgen entregó junto con éste a Simón Stock
1. Es signo del amor y protección maternal de María: Se refiere a la ayuda y asistencia especial de la Virgen del Carmen sobre todos aquellos que visten el Escapulario. Ella acude ante los peligros del cuerpo y del alma, libra a la persona de todo mal e intercede para que viva en gracia de Dios. Es una señal de que con su manto nos envuelve en su amor maternal.
2. Ayuda en el momento de la muerte: Esta es una de las promesas más importantes para quienes usen el Escapulario, ya que la Virgen del Carmen se comprometió a dar los auxilios necesarios a la persona que se encuentre en peligro de muerte. Auxilios espirituales fundamentales para la salvación eterna.
3. Salva del Purgatorio: Esta promesa hace alusión a lo dicho por la Virgen del Carmen al Papa Juan XXII en el año 1322, de abogar para que cuantos hayan vestido su Escapulario salgan lo antes posible de Purgatorio; a más tardar, el sábado siguiente a su muerte. Esto es lo que se conoce con el nombre de "privilegio sabatino".
Para ver más gracias especiales ir a:
www.aciprensa.com/Maria/nsrcarmen/escapulario.htm
San Simón Stock Recibe de la Virgen del Carmen el escapulario.
Calcografía de Nicolás Bonnart, c.1680, París.
El uso del Escapulario es una consagración a la Virgen; y la decisión de consagrarse a Ella es una elección libre de nuestra voluntad, movida por el amor. Es por esto un acto íntimo y personal que compromete a toda nuestra vida. Y esta consagración no se cumple con gestos ocasionales ni con la recitación rutinaria de algunas oraciones; tampoco puede usarse como amuleto ni ser eficaz si la persona lo usa solamente por rutina y sin ninguna influencia en su vida personal.
Quienes se comprometen a llevar el Escapulario carmelita, contraen un compromiso espiritual de vida cristiana y de veneración especial a la advocación de Nuestra Señora del Carmen. La finalidad del escapulario es llevar con nosotros siempre el objeto que nos recuerda en forma constante nuestro compromiso cristiano y mariano; en definitiva, los portadores del Escapulario son cristianos que se esfuerzan generosamente por imitar las virtudes de la Virgen; la reconocen íntimamente como madre y trabajan por difundir su culto entre quienes les rodean, especialmente en sus familias.